En
la arquitectura moderna se utilizan gran variedad de materiales y formas
geométricas, gracias a los avances de los tipos constructivos, al movimiento
liberal y desestructurado de la época da lugar a una amplia gama de obras y
propios estilos. Es decir, que al no poseer un límite fijo en cuanto a un orden
jerárquico, entre otros, el estilo de la obra depende la intención del
diseñador y lo que quiera trasmitir. Esto provoca que en un sistema
desestructurado sin estar previamente delimitado, haya distintas opiniones, de una misma obra
como las metáforas o los signos presentes.
Cualquier tipo de análisis es correcto, ya que
las obras modernas generan una ambigüedad y contraposición en la mayoría de los
casos, entre la intención del arquitecto a través de su propia simbología y la
lectura del habitante del hecho arquitectónico y su interpretación de la misma.
Estas diferencias entre opiniones pueden ser intencionales del arquitecto
moderno ya que acepta las condiciones de esta corriente. En caso de que el
diseñador se niegue a estos “problemas” en el lenguaje, utiliza un simbolismo
tradicional que disminuye la ambigüedad o metáforas de sus obras.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario